A veces se
hace necesario recapitular y explicar. En el caso de la detención de
Milagro Sala, que va adquiriendo la dimensión de un escándalo
institucional sin precedentes en los treinta y dos años de vida
constitucional continuada que por suerte tenemos, es menester hacerlo,
aunque la explicación requiera meterse en cosas algo técnicas, pero que
el público debe conocer.